Tejiendo entre mujeres redes de sanación y empoderamiento
Tanto durante el conflicto armado como en la actualidad, las mujeres, sobre todo las mujeres mayas, han sufrido y siguen sufriendo de diversos tipos de violencia física, verbal, sexual y emocional.
Con el objetivo de romper con estos círculos y crear espacios donde las mujeres puedan vivir en entornos libres de violencia, la Cooperación de la Unión Europea brinda apoyo económico al programa “Tejiendo redes de mujeres mayas y mestizas, lideresas sobrevivientes de violencia para ejercer sus derechos con libertad, justicia y equidad”, que se desarrolla desde hace 7 años en varias comunidades de los departamentos de Huehuetenango, Quiché, Chimaltenango y Petén.
Este programa lo ejecutan tres organizaciones de mujeres: Actoras de cambio, Voz de la Resistencia y Defensoría de la Mujer Ix, acompañadas por el Comité Catholique contre la Faim et pour le Développement – Terre Solidaireres
Tejiendo redes entre mujeres
Uno de los pilares de este proyecto es la creación de Redes de Mujeres que han sufrido violencia. Con ellas se llevan a cabo procesos de sanación en donde entre mujeres van contando y narrando sus historias. Usan terapias alternativas, energéticas, incorporan la danza, la meditación, el yoga y también realizan una recuperación desde la cosmovisión maya en donde todo lo que existe debe ser dignificado. “Son terapias para la recuperación del cuerpo, de la energía, la reflexión, y es la base de todo lo que se hace después”,comenta Virginia Gálvez, Coordinadora del proyecto, de la organización Actoras de Cambio. Y es que la sanación les permite a las participantes comprender y reconocer la violencia a su alrededor, liberarse de la culpa y la vergüenza de ser víctimas de violencia y reconocer el poder que tienen para recuperar y reconstruir sus vidas y con ello tomar mejores decisiones para ellas y para sus comunidades. “Estos procesos de sanación son importantes porque sólo cuando sanamos podemos construir algo distinto, sino reproducimos de otras formas la violencia y el racismo de nuevo”, comenta Virginia y agrega: “para nosotras es fundamental, pues en la medida en la que las mujeres recuperen sus vidas, sus cuerpos y sanen sus historias podrán tomar decisiones para el bienestar de todas.”
“De no haber encontrado este espacio de sanación yo me hubiera suicidado” comentó una participante del proceso en Redes Ixiles y Quichés en Nebaj, quien al encontrar este espacio de confianza y solidaridad entre mujeres se llenó de esperanza y eso impidió que terminara con su vida.
Las participantes también realizan Festivales, que son acciones públicas en donde rompen el silencio sobre la violencia que sufren a través de expresiones artísticas como música, danza y la narrativa de sus historias.
Espacios seguros
“La fuerza de este proyecto es el trabajo de las mujeres en redes, los procesos de sanación que hacemos en redes y sumado a eso el proceso de sensibilización que hacemos en el nivel educativo”, comenta Virginia.
Y es que otro de los pilares del proyecto es el trabajo de sensibilización en centros educativos y dentro de las comunidades.
“Yo a veces no lograba entender lo que los estudiantes estaban viviendo ni sintiendo. Y con este proceso y las terapias que he aprendido, siento que puedo ayudar mejor a los estudiantes, ser una gran diferencia para que los estudiantes puedan expresar todo lo que están pasando”, comentó una maestra de un Centro Educativo después de participar en uno de los talleres de sensibilización.
“Los procesos de sensibilización con maestras son importantes porque las escuelas quizás sean los únicos espacios donde los niños y niñas tengan la oportunidad de expresar lo que les está pasando y poder trabajar la emocionalidad y corporalidad de lo que sufren”, comenta Virginia.
Lazos, extendiéndose para unir
Estas acciones han sido tan positivas que las participantes ya son tomadas en cuenta por parte de las autoridades municipales y otras organizaciones de la localidad, para consultarles sobre temas de violencia contra la mujer. Su influencia ha ido creciendo conforme su liderazgo y empoderamiento se ha reforzado. Incluso las Redes de Mujeres han estado replicando las acciones en otras comunidades y en su propio idioma.
“Soñamos con que tanto las mujeres mayas como las mujeres mestizas podamos vivir en entornos libres de violencia” comenta Virginia, y agrega: “soñamos con que las mujeres aprendamos a relacionarnos de manera que nos nutramos unas a otras”