En el caserío Chanchimil, Aldea Mash, de Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango, vive Mariano Carrillo, un joven de 24 años, quien durante mucho tiempo observó que su papá, abuelo, tíos y otros productores, vendían su miel, propóleo y polen a través de intermediarios (coyotes), quienes se quedaban con la mayor ganancia de laa ventas. Esto ocurría porque no existía una organización, ni instalaciones, y no tenían asistencia técnica.
En el año 2,018, surge un proyecto gestionado por la Asociación de Organizaciones de los Cuchumatanes (Asocuch), denominado Fortalecimiento Empresarial y Comercial de Pequeñas Organizaciones de Productores de la Sierra de Los Cuchumatanes, Sierra de las Minas y Bocas del Polochic, financiado por la Unión Europea, y dentro del mismo, se crea la empresa Bella Flor del Monte, S.A., también se gestiona la construcción de un centro de acopio de miel de abeja, con el equipo necesario para procesar y envasar la miel y otros productos derivados de las abejas, lo que facilita que los apicultores locales puedan aplicar buenas prácticas de manufactura.
Debido a su liderazgo y capacitaciones recibidas, Mariano es nombrado encargado de comercialización de la empresa, por el órgano de administración, y ha logrado generar ventas directas y mejores precios, lo que se ha reflejado en la economía de los apicultores. Este año ha logrado vender, de forma directa, 140 quintales de miel a un precio diferenciado al que pagan los intermediarios, quienes compran un quintal por Q.600 quetzales; ahora los apicultores consiguieron un pago de Q. 750 por quintal, lo que representa un 20% más de ingresos.
Gracias a la capacitación sobre captura de polen, y a su capacidad e intelecto, Mariano fomentó la construcción innovadora de cien trampas para este producto, lo que generará nuevos ingresos para las familias de los apicultores de Todos Santos Cuchumatán.