Líder comunitario impulsa el desarrollo de pequeños productores orgánicos
Emilio Quim, de 62 años de edad, es uno de los primeros directivos de la Asociación de Productores Orgánicos para el desarrollo Integral del Polochic (APODIP), y cuenta cómo un pequeño grupo de caficultores de comunidades de Alta Verapaz ha logrado mantener a flote una empresa que ya exporta café y cacao orgánico a Europa.
En 2001, pequeños productores de café de las comunidades Paraíso Privado y San Vicente I, decidieron participar en un programa de comercialización de café, para certificar su cultivo como orgánico y de comercio justo, con la empresa Forestrade de Guatemala S. A. En ese programa les dieron capacitación y asistencia técnica; lo que les permitió acercarse al mercado internacional en Estados Unidos, obteniendo mejores oportunidades, lo que significo vender sus productos a un mejor precio.
“Los técnicos de Forestrade, coordinados por Marvin López, nos dieron idea de inscribirnos como una organización formal. Así que animé a mis compañeros a ir a la municipalidad de Panzós para inscribirnos como Asociación de Productores Orgánicos para el Desarrollo Integral del Polochic (APODIP). Tuvimos nuestra primera asamblea el 3 de noviembre de 2003, con 48 socios fundadores, yo quedé como vicepresidente, pero un año después, me convertí en presidente y representante legal de APODIP, ya que hubo una reorganización por un mal manejo de fondos”, comparte Quim.
Rumbo al desarrollo
Don Emilio trabajó como directivo hasta el año 2013, ya que fue electo presidente dos veces y en 2012 lo nombraron presidente de la Comisión de Vigilancia. Él cuenta que al inicio de su gestión como presidente de APODIP fue apoyado por organizaciones no gubernamentales, como Coopy Movi Mundo de Italia, quienes les ayudaron a construir el primer centro de acopio de café; esto también los benefició con la introducción de la carretera a la comunidad.
También Vecinos Mundiales de Estados Unidos los apoyó con un pequeño fondo de Capital de trabajo, pero la asociación no contaba con personal propio, por lo que hicieron lo que estuvo en sus manos para dirigir. Hasta que en 2007 inició un proyecto de fortalecimiento de la organización, con el apoyo de la Fundación TRIAS de Bélgica, este tuvo una duración de seis años, y les dieron presupuesto para la contratación de los primeros técnicos, oficinistas y el primer gerente. En este tiempo aumentó el número de asociados y comunidades.
“Dimos un gran paso al comprar un terreno en la zona central del Polochic en 2008, guiados por nuestro gerente, con la idea de tener una sede propia y un centro de servicios para nuestros asociados cerca de las comunidades, ya que nuestra oficina funcionaba en Cobán, en un local alquilado. En 2011 logramos gestionar el proyecto de construcción de nuestras bodegas, oficinas, planta de tostaduría de café y una cerca perimetral con el Proyecto PDER del Ministerio de Economía de Guatemala”, resalta Quim.
De pie ante la adversidad
“Ser un líder también trae dificultades y en 2009 sufrimos un atentado que marcó mi vida. Uno de nuestros compañeros se convirtió en coyote, y quería mantener bajo su control los precios y la comercialización de nuestros productos. Hirió a tres asociados, por lo que uno de mis hijos y yo pusimos la demanda ante el Ministerio Público, pero para nuestra sorpresa el agresor pudo más con su dinero, ya que puso una demanda en mi contra, y fui encarcelado por más de un año. Nunca perdí mi fe en Dios, y con la ayuda de mi organización, al fin se hizo justicia y recuperé mi libertad. Siempre anduve con la frente en alto”, expresa el caficultor.
En cada ciclo de cosecha de café, Don Emilio colabora en el manejo poscosecha, en la central de acopio de APODIP para preparar lotes de exportación. “Tengo dos parcelas de café certificadas como orgánicas, de 7 y 3 cuerdas, con las cuales entregué mis primeros quintales como asociado de APODIP, y poco a poco las agrandé. En la actualidad también tengo 10 cuerdas de cacao en producción y otra más en plantilla”.
Luchan por sus sueños
Diecisiete años después de su fundación, APODIP diversificó las cadenas de valor, y además del café orgánico, se trabaja con miel, y se implementó la cadena de valor del cacao orgánico – comercio Justo, llegando a más de 700 asociados en 60 comunidades, y recientemente se iniciaron los primeros pasos para certificar a productores de cardamomo.
En 2019, por medio del Proyecto de Fortalecimiento Empresarial y Comercial de Organizaciones de Productores de las Sierra de Los Cuchumatanes, Sierra de las Minas y Bocas del Polochic, ejecutado por Asocuch y co-ejecutado por APODIP y Oro Verde, con el apoyo de la Unión Europea en Guatemala, se estableció un centro de acopio y procesamiento primario de cacao, en la comunidad Jolomijix II, de Panzós, en donde don Emililo Quim se encarga del manejo y control de calidad, ya que se ha ganado la confianza de sus compañeros productores, por la responsabilidad que siempre lo caracteriza .
Uno de los anhelos de don Emilio es que APODIP pueda desarrollar el cardamomo como cadena productiva, como lo ha hecho con el café y el cacao, cambiando el modelo de negocios para hacerlo más justo, debido a que es el principal cultivo,“el cardamomo es la base de nuestros ingresos durante cuatro meses del año, y nos ayuda a cubrir necesidades básicas, como compra de alimentos y medicina, pagar el estudio de nuestros hijos y hasta mejorar nuestras viviendas”.
“Le aconsejo a los jóvenes que cultiven la sagrada tierra. Yo seguiré siendo productor hasta mis últimos días, si Dios me conceda mi vejez. Pienso que vendrán mis sucesores para continuar con lo que he sembrado, no solo como agricultor sino como líder comunitario”, expresa don Emilio.
El trabajo pro activo de líderes como don Emilio Quim, hace que organizaciones de base como APODIP, logren un crecimiento continuo. Él es definitivamente un ejemplo de LIDERAZGO NATO CON MUCHA VISIÓN y es digno de admirar y seguir.